lunes, 19 de agosto de 2013

Esterilización

Estamos acostumbrados a esterilizar a los gatos, pero cuando se trata de perros parece que todos nos lo pensamos más de una vez. Normalmente el que tiene gatos no duda un segundo en la necesidad de esterilizarlos, tanto a las hembras (por su celo tan ruidoso y desesperante) y a los machos (por su arraigada costumbre de marcar por toda la casa dejando ese penetrante olor que no hay quien quite ni con Zotal) Sobre todo si los gatos salen a la calle, porque a la mínima te traen a casa una camada, y los gatos, desgraciadamente, tienen peor salida que los perritos...

En el caso de los perros suele ser diferente, están más controlados y parece menos probable que, si no nos descuidamos, traigan una camada no deseada a casa en el momento más inesperado. Sobre todo si son de raza.

Las protectoras no dejan de advertirnos de la necesidad de esterilizar a todos, machos y hembras para evitar que cientos de cachorros no esperados acaben abandonados a sus puertas o peor, sacrificados o simplemente abandonados a un destino cruel.

En los perros de Raza, aún es menos común la esterilización. Una buena camada puede ser una experiencia hermosa, inolvidable y una posible "fuente de ingresos" puntual. Pero...

Sabéis que mis perros han tenido su primera camada en mayo, y va a ser la última. Son dos ejemplares fantásticos, libres de defectos congénitos y de otras enfermedades hereditarias o no que pudieran trasmitir a sus vástagos, pero aún así, y habiendo sido absolutamente diligente en su cría, hoy voy a esterilizarlos.

El embarazo, el parto, los siete cachorritos correteando por la casa, ha sido una experiencia magnífica, y también agotadora. Yo decidí vender a mis cachorritos, no por "amasar una fortuna" con la situación, pero sí por tratar de asegurarme de que aquellos que los querían iban a ser responsables de su crianza. Ha sido un periplo encontrar a aquellas personas adecuadas a quien entregarles a mis bebés.

Los gastos han sido enormes, las vacunas, las comidas, los cuidados y visitas al veterinario... en consecuencia: beneficio cero! aunque las alegrías que nos han proporcionado son algo que no tiene precio :-)

Ver cómo se iban desarrollando en el vientre de su madre, ver cómo nacían, abrían sus ojitos e iban descubriendo el mundo... simplemente, indescriptible.


Pero después de ésto, no estamos preparados para repetir. Así, hemos decidido hacer lo más responsable, para ellos y para nosotros: Esterilizarlos.

No puedo abogar por ello sin reservas, si yo tuviera más recursos es posible que no lo tuviera tan claro, pero siendo sensatos, no es lo más adecuado. No me veo moralmente capaz de defender a ultranza la esterilización porque yo misma he caído en esa tentación de ver nacer en casa a esos pequeños milagros, pero sí quiero advertir de los inconvenientes que tiene.

Hay que pensar que como mínimo, esos cachorros van a estar con nosotros, como mínimo, ocho semanas, y que pasadas las dos primeras en que casi no se nota que están, después empiezan a campar por sus respetos por la casa, a hacer pipí y lo que no es pipí allá donde les place, a mordisquear los sillones, las mesas, la ropa, los zapatos... ladran y juegan entre ellos hasta el punto de desesperar (si uno sólo ya es un reto imaginad siete...) Tener en casa nueve perros, tres hijos y dos gatos ha supuesto una verdadera prueba de paciencia y resignación.

Por otro lado, están las ventajas de la esterilización: No más celos ni sus inconvenientes logísticos, reducir el riesgo de tumores y otras enfermedades, el marcado de los machos, y su comportamiento territorial...

No es barato, aunque se pueden encontrar clínicas que tienen unas tarifas sensiblemente más bajas, pero es una inversión a largo plazo, os lo digo yo.

Después de lo pasado, estoy absolutamente convencida de que la crianza debe dejarse en manos profesionales que tienen la experiencia y los medios para hacerlo en las mejores condiciones.


Ya os hablé de lo que opino sobre la crianza de los animales en mi post: http://animalandia-de-mina.blogspot.com.es/2013/04/criadores.html

Ahí creo que está todo dicho.

Adiós a los excesos de hormonas en esta casa, que con tres hijos preadolescentes ¡ya tengo suficiente testosterona circulando por el ambiente!

Bueno. ya os contaré qué tal ha ido la experiencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario